No sé muy bien qué tipo de entradas podría escribir a partir de ahora pero creo que ya se me ocurrirá cuando este algo inspirada. Seguramente seguiré conociéndome cada vez un poquito mejor y, cómo no, lo que pasa a mi alrededor.
La última semana en Madrid la viví de una manera distinta, porque era consciente de que me iba a ir en breves a Zaragoza a pesar de que sabía muy bien que podía volver cuando quiera (los madrileños aunque tengan la fama de ser chulos, muchos de ellos llegan a ser muy buena gente :) ya vale de hacerles la pelota porque sino se ponen más chulicos aún... :P)
Entonces la quise aprovechar a tope en todos los sentidos: En la comida madrileña, en el turismo, con los amigos, con los compañeros del piso,...
Y ayer mismo, vaciando todo mi cuarto me sentí muy nostalgica repasando todo lo que había vivido desde que llegué a Madrid. Los primeros días con... Mis miedos, mi nerviosismo, mis ganas de vivir la vida, de aprender un montón, mi desconocimiento, mi inocencia, mi falta de practica, mis dudas, mi dependencia, mi autoestima muy inestable, mi inseguridad.... Los últimos días, disfrutando, abriendome los ojos cada vez más, aprendiendo a decir que no, diferenciando lo que merece la pena y lo que no, respetando y diciendo cosas que quiero decir de verdad aunque parezca duro o delicado en cada momento, apreciando el valor de los malos momentos y malas experiencias como un paso importante para crecer...
Siento que he salido de Madrid hoy siendo una persona más segura de si misma, que tiene más control en sus acciones y en el contexto. Por supuesto que ante alguna situación me siento más insegura pero más preparada para estar a la altura y sentirme a gusto.
¡Por supuesto que aún me queda mucho que aprender de la vida! ¡menos mal! ¡Eso es crecer! Aunque sea pasteloso, ¡la vida...es bella!
¡Hasta pronto, amig@s!